Reseñas de socios

"Si hubiera podido, no hubiera abierto la puerta a la EM, pero no me dio opción. Irrumpió en mi casa abrúptamente, sin avisar, movió todos los muebles, incluso rompió alguno... Al principio me sentí desconcertada y me enfadé con ella, pero después me di cuenta de que quizá no todos los muebles eran tan importantes ni estaban tan bien colocados como creía. 

Comencé a mirar la vida con otros ojos, y se conocer la belleza de otras miradas que la veían de la misma forma. Me enseñó a valorar las pequeñas cosas, a no temer los cambios, pues vivir es cambiar constantemente, que mi vida podría ser distinta, pero no menos plena, que la incertidumbre es común en todos los seres humanos, nadie sabe que pasará mañana, y que quizá mis alas no estuvieran en el mismo lugar que antes, pero que  nunca las perdería. 

Hoy, pasados los años, puedo decir que ya no miro a EM como una enemiga, sino como una compañera de vida junto a la que debo avanzar, mientras haya un camino que recorrer... "

"Jamás podría suponer que entrar en ALEM, me haría tanto bien. El mantenimiento físico es muy importante para nosotr@s, por supuesto, pero la labor psíquica de estar con gente con tu mismo "problema" y hablar abiertamente de tu enfermedad, no tiene precio".

"Hay que vivir con ella, pero sigue viviendo e intentando hacer una vida casi normal. Sigue siendo tú, pero con esclerosis".